lunes, 21 de junio de 2010

Por comodidad

Muchas personas aceptan que el banco les cobre el teléfono, el cable, la hipoteca (como yo), y los seguros también. Me parece muy buena idea y de hecho sí es cómodo pero ¿sabemos cuáles son los alcances y cuáles son las condiciones del contrato que hacemos con el banco para permitirle hacernos la vida más cómoda?

Hoy recién conocí un caso que francamente deja por mucho ser de comodidad y como verán más adelante, se vuelve de terror, de coraje, de indignación, por decir lo menos.

A mí me da mucho coraje que a este doctor, Banorte le vea la cara y se burle de él de la peor manera. ¿Cómo?

El doctor decide después de un accidente en el que salvó la vida de milagro, que debe asegurarse y también a su esposa, consciente que la muerte está más cerca de lo que normalmente creemos. Va al banco, le dice al ejecutivo del banco que quiere asegurarse y esta persona, como tiene que cubrir una cuota de venta, le dice que no puede asegurarlo por la cantidad que él desea en una sola póliza sino que tiene que contratar varias, lo que resulta en siete pólizas para él y siete más para su esposa que de forma mensual y rigurosa le descuentan desde hace dos años de la cuenta bancaria.

Hace año desafortunadamente fallece su esposa ¿y qué pasó? Nada, porque Banorte después de pedirle mil y un papeles para comprobar la buena salud de su esposa previa a su defunción, le dice que no le pagará porque su esposa jamás firmó la solicitud del seguro y pues, no hay que hacer.

Condusef es solo un árbitro y no puede obligar a Banorte a cumplir un contrato por el cual se pagó por un año y que increíblemente, a un año de fallecimiento de la señora, siguen cobrando.

¿Qué pasó aquí? Lo que pasa en la vida de muchas personas: desinformación y acercarse a lo más fácil para tratar de resolver una necesidad.

Aquí les hago la siguiente pregunta, cuando están enfermos y requieren atención médica ¿recurren a un doctor o con un empleado de farmacia? Lamentablemente la mayoría resuelve que la segunda es la mejor alternativa porque el empleado de farmacia es el que siempre está despachando recetas y sabe para qué es cada medicamento, total, el doctor es caro y al final de cuentas nos enviará a la farmacia a comprar el medicamento que el empleado de farmacia me puede vender desde una primera vez, o al menos eso creemos.

De ser una solución sencilla y cómoda, resultó en una experiencia terrible en la que además se vio estafado por un abogado que supuestamente le resolvería el caso pero, como en muchas ocasiones, resultó ser un abogado mañoso que solo le tomó el pelo y no resolvió nada.

Si fueras tú ¿qué harías? ¿Seguirías confiando en el banco por cómodo y barato? Recuerda la sabiduría de los dichos, de los mayores y reflexiona que lo barato sale caro. Alguien alguna vez me dijo algo muy cierto en referencia a las tres b que todos queremos: Bueno, bonito y barato; de estas solo puedes tener dos con total certeza pero no juntas las tres.

Cuando necesites asegurarte y asegurar a tu familia, no te quedes con lo barato y bonito que seguramente no es bueno. Si quieres que tu familia se sienta segura, que tenga lo que necesita y que efectivamente los respalde al momento de la verdad, consúltanos y permítenos ayudarte a resolver los asuntos importantes antes que sean urgentes.

jueves, 10 de junio de 2010

Decisiones financieras que cambiarán tu vida

Recién estoy leyendo la nueva edición de la revista Inversionista, personalmente es una publicación que consulto mes a mes porque contiene artículos interesantes que me sirven en mi vida personal y también me sirven para asesorar mejor a mis clientes.

Este mes viene un artículo en el que habla de las nueve decisiones financieras que pueden cambiar nuestra vida, porque podemos continuar siendo el típico Mexicano que no planea, no ahorra, paga con tarjeta de crédito hasta ahorcarse y toma acción cuando el después y el luego quedaron atrás desde mucho antes.

¿Resultado? A mediados de 2010 seguimos viviendo como en 1970, en ese entonces claro que no se tenían la información que hay ahora y tampoco existían todas las alternativas y posibilidades que hoy tenemos a nuestra disposición para tener una mejor vida financiera.

¿Cómo que una vida financiera? Pues todo lo que tiene que ver con dinero, con tu dinero. El hecho de recibir un sueldo ya es una operación financiera, sacar dinero del cajero para pagar el teléfono es otra operación financiera, entrar a una tanda es otra operación financiera. Día a día realizamos operaciones financieras pero al ser tan comunes no les prestamos atención.

En el artículo hablan de la importancia de tener una estrategia, diversificar ingresos, invertir, usar el crédito a nuestro favor, invertir en bienes raíces, emprender un negocio, asegurar el patrimonio, resolver el retiro, decidirse a hacer dinero.

Como puedes darte cuenta, al menos el 30% de las decisiones tiene que ver con asegurarse y proteger a nuestros seres queridos y nuestro patrimonio.

Si nuestros abuelos o nuestros padres no lo hicieron esto no significa que nosotros no lo hagamos, primero porque no hay coherencia entre presumir que tenemos los últimos gadgets que nos permite la tecnología y lo último de la moda de salas cuando las bases de tu seguridad financiera y patrimonial son tan frágiles como las de una palapa en la playa.

Segundo, porque tienes a tu disposición la información necesaria para tomar la mejor decisión según tu perfil.

Tercero, porque tienes la oportunidad de hacerlo si tienes ingresos, no necesitas los miles para garantizarte a ti y a tu familia una seguridad financiera, necesitas empezar a hacerlo y existen las alternativas acorde a tus necesidades y posibilidades.

Y cuarto, porque puedes acercarte a los profesionales quienes te podemos dar la asesoría necesaria que requieres.

Los seguros quizás como los cimientos de la más bella de las casas: No se ven, puede que ni siquiera sean tan bellos que hasta los cubrimos de tierra; pero garantizan que esa casa se mantenga bien plantada, firme y resistente ante cualquier prueba.

lunes, 7 de junio de 2010

¿Cuánto cuesta enfermarse?

No es una pregunta muy común, no creo que les ayude a romper el hielo en una reunión con gente desconocida, ni conocida; tampoco creo que revierta el desastre ecológico ocasionado por British Petroleum y su plataforma Deep Water Horizon.

Sin embargo es algo que debemos considerar todos, porque todos podemos enfermar o accidentarnos y recuperar la salud hoy en día es costoso.

Les presento una tabla que contiene algunos de los padecimientos que pagó Seguros Monterrey en el 2009, muchos de estos con orígen en años previos por lo que no representan el total del costo del tratamiento.

Relacionados en orden descendente según la edad y solo un ejemplo de más de cien casos que resultaron los más caros en ese año.




¿Quién tiene dinero de sobra, quién tiene dinero para hacer avioncitos de billetes y lanzarlos por la ventana, quién puede comprar unos pantalones y una blusa para no usarlo jamás?

¿Tú no, entonces por qué no tienes un seguro de Gastos Médicos Mayores? Porque si no tienes un programa así quiere decir que tendrías dinero para cubrir los gastos en caso de alguna enfermedad como las que aparecen en la tabla.

A menos que jamás pienses acudir a un médico y morirte con la primera enfermedad no necesitas una póliza de Gastos Médicos Mayores, recuerda que no tiene que ser una enfermedad o accidente tan grave a menos que en verdad te sobren al menos $100,000.- para pagarte una apendicectomía (enfermedad común y corriente) en el Hospital Español o cualquiera de ese nivel.

¿Para qué esperar a que pase algo? Mejor asegúrate y evita problemas para tí y tu familia.

Asesor de seguros

Normalmente cuando las personas escuchan a qué me dedico no saben cómo reaccionar, se quedan con una expresión de duda, a veces me preguntan si trabajo para una aseguradora, como empleado; les respondo que no, que estoy en ventas, que soy agente de seguros.

Pero su duda no se disipa, siguen sin comprender cuál es mi trabajo.

Eso es cuando platico con alguien en un contexto no profesional. Cuando platico con alguien de forma profesional, o cuando hago el acercamiento es común que tengan una expresión de: "Ush, ya llegó este de los seguros, a ver qué me quiere vender..."

Estoy consciente de ello y no los culpo cuando hay tantas personas que le dan mala fama a lo que hago porque esto es solo la solución temporal o como tocar fondo para muchos. Nada más lejano de la realidad cuando esto se convierte en una profesión.

¿Tú sabes lo que hace una persona como yo? Quizás lo hayas escuchado pero sería interesante conocer qué tanto sabes realmente.

Comenzaré estableciendo algunas definiciones: ¿Es lo mismo un agente, un vendedor o un asesor?

Sí y no.

Sí, porque cualquiera de los tres tenemos la capacidad de comercializar un producto financiero conocido como seguro.

No, porque un vendedor es eso, lo ves hoy y no más. Un agente es la evolución del vendedor porque conoce más de los productos que está ofreciendo y ciertamente tiene una mayor preparación que el primero y le dará seguimiento en el tiempo a su cliente.

Finalmente un asesor es alguien como yo, quien tiene una preparación y conocimiento sobre los productos que puedo ofrecer para encontrar una solución a la medida de las necesidades del cliente considerando la relación que tiene la cartera de seguros con las demás áreas involucradas en la vida y patrimonio de las personas: fiscal, legal, mercantil. Desde luego, haciendo las actualizaciones necesarias a la cartera de seguros conforme las condiciones lo requieran.

Pues bien, después de las definiciones puedo continuar platicando sobre mí, sobre mi trabajo y sobre mi profesión.
Estamos a mitad del 2010 y valdría la pena hacerse la siguiente pregunta: ¿Por qué razón no tengo el seguro de vida que quiero, ni siquera uno?

¿No tienes dinero? Ni siquiera necesitas tanto, a menos que tengas 60 años y quieras dejar millonaria a tu pareja; pero si para este momento no lo eres, tampoco lo será tu pareja a tu muerte.

¿Sabes cuantas personas tienen un seguro de vida del total de la población de México? Solo el 7%, haz las cuentas...

Razones para no tener un seguro hay muchas pero razones para sí tenerlo hay más. A menos que seas una persona que no tiene nada que perder y que da lo mismo si mueres hoy, mañana, en 4 meses o en 10 años porque no vale nada tu vida, entonces te doy la razón. No necesitas un seguro. Pero como este caso no he conocido a nadie que pueda decirme que su vida no vale nada para nadie.

Yo como tu asesor de seguros te ayudaré a darte cuenta que eres una persona que está viviendo día con día, esforzándose y dando lo mejor de sí para alcanzar ciertos objetivos; que eres una persona para quien representas el anhelo de ser un hijo, un esposo, un padre, un hermano con quien siempre se cuenta, alguien a quien se admira y se ama; alguien por quien la vida se llena de colores y sentimientos; alguien... Que si me lo permite, estaré a su lado para compartir la dicha y bendición de vivir, para acompañarle frente a los momentos difíciles de la vida, en los momentos de la verdad donde se descubre de qué están hechos los hombres y mujeres, en los momentos donde una decisión puede marcar la diferencia en la vida de los demás.

Por esto y muchas cosas más es que me necesitas, porque hay demasiada información formal e informal disponible que más que ayudarnos puede perjudicarnos. Podrás haber escuchado, podrás tener una idea, te habrán dicho alguna vez o dos sobre un caso de seguros pero la realidad es que solo un profesional como yo podrá hablarte de hechos y verdades, no mitos ni leyendas urbanas.

Este soy yo, Eduardo Gómez, tu asesor de seguros.